Informalidad, latente amenaza del turismo

La debida regulación de empresas y servicios es fundamental para poder hacer negocios, y mucho más en un sector como el turismo, donde existen estándares que si no se cumplen al pie de la letra sería imposible contratar con touroperadores o empresas turísticas extranjeras. Es tan sencillo como eso, si en República Dominicana no se frena la latente informalidad que existe en el sector de las agencias de viajes y operadores turísticos, las mayoristas se lo pensarán muy bien a la hora de contratar.

Lo dicho anteriormente es una realidad conocida en la industria turística nacional, es más la informalidad también ha permeado los servicios de transporte y los restaurantes que operan en el país, pues de acuerdo con un estudio realizado por la consultora italiana Target Euro, solo la mitad de 772 restaurantes tienen al día sus permisos.

Mientras que en el sector del transporte turístico, solo el 10% de las empresas están al día, quedando las demás con permisos vencidos o sencillamente sin haberlo tenido nunca.

Ya es bien conocida la constante alarma por parte de Opetur, con relación a los operadores turísticos “piratas” que terminan afectando la imagen del destino, y llevándose consigo la competitividad turística que tanto esfuerzo le cuesta al país.

Con la consulta que ha encargado el Ministerio de Turismo a Target Euro, parece que finalmente se quiere conocer qué tanto afecta el aspecto de la informalidad, que si bien es cierto que no es exclusivo de Dominicana, opaca seriamente al principal renglón productivo de esta nación.

Las autoridades turísticas locales no deben quedarse cruzadas de brazos ante la amenazante irregularidad que se expande como pólvora. Si se deja esta problemática en el limbo, imaginémonos qué pasará cuando el flujo de turistas sea mayor.

El sector debe ir superando trabas, y esta por sus funestas consecuencias merece  priorizarse. Pensar en la meta de los 10 millones de turistas para 2022, no solo debe implicar mayor presupuesto para promoción, sino además preparar “la casa” para recibir a esos visitantes.