Una meta que pinta lejos

Nadie puede negar que el sector turístico dominicano atraviesa por días de auge. El crecimiento es continuo, igual que las inversiones y el interés de los sectores público y privado de trabajar en conjunto para seguir generando riquezas por medio de este sector.

Estos tiempos de bonanza no son casualidad, sino fruto del trabajo, visión, e interés empresarial, la creación de políticas adecuadas por parte del Estado y, evidentemente, de las ventajas comparativas que tiene el país en cuanto a belleza natural.

Los resultados de que el país haya decidido apoyarse en el turismo como motor de la economía han motivado a que la apuesta por este sector se incremente. De manera concreta, el país se ha puesto plazo para duplicar su capacidad de atracción de visitantes. Se trata de los sonados 10 millones para 2022.

Las intenciones son maravillosas, pero los números se quedan cortos. Para lograr que 10 millones lleguen al país en los cinco años y dos meses que faltan para 2022 es difícil.

Lograrlo implicaría que se pueda duplicar la llegada de turistas que cada año se suman a la marca ya existente.

Pero el hecho de que no se alcancen los 10 millones en el tiempo previsto, no quiere decir que el esfuerzo no valga la pena. Todo lo contrario. Todo buen logro inicia con un pequeño paso.