Taxistas del AILA no ceden ante Uber

Siempre se ha escuchado que cuando se trata de triunfar, la perseverancia debe ocupar el primer puesto en la escala de valores que guiarán al éxito. Pero en algunas ocasiones pasa que para lograr las metas propuestas o ganar reconocimiento uno se enfoca en la competencia y amenazas que podrían afectar el camino a la tan esperada victoria.

Este caso lo hemos visto frecuentemente entre los taxistas de la terminal del Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA), quienes se han empeñado en crear denunciar y conflictos contra la empresa Uber, compañía que según los actos de los chóferes tradicionales podría ser su mayor espanto.

Antes estos taxistas alegaban que Uber les quitaría el terreno. Ahora, la cosa no ha cambiado mucho. Sostienen que la empresa extranjera está confabulada con el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR) para que los agentes recluten pasajeros para la enemiga de los chóferes de la terminal.

El Sindicato de Choferes del Transporte del Aeropuerto Internacional de Las Américas (Sichala) alega que el Cestur actúa en total complicidad con Uber, acusaciones que ya fueron desmentidas por Carlos Julio Ramos, titular del cuerpo especializado.

¿Y ahora qué seguirá? Nadie sabe, pero de brazos cruzados no se quedarán los sindicalistas. Ojalá piensen mejor sus acciones porque estos conflictos dan una mala imagen a los turistas que entran y salen del país por esa terminal.

Los taxistas del AILA deberían trazarse metas que les permitan brindar un mejor servicio a los turistas. La competencia entre compañías es buena porque motiva a los cambios positivos. Sin embargo, ver esto como un estancamiento podría generar más resultados negativos que favorables.

La competencia impulsa a mejorar, no a la creación de trances o peligros y en el turismo es lo que menos necesita el país. La experiencia del turista debe ser bienhechora desde su llegada al aeropuerto. Eso es lo que debe importar en estos momentos.