Detrás de la inversión hotelera

Más allá de la pomposa fotografía de los inversionistas y autoridades gubernamentales de una nación, la inversión hotelera conlleva infinidad de detalles que se deben coordinar con el fin de apuntalar el éxito que se busca lograr.

Iniciando con el proceso de solicitud de los permisos correspondientes para la titulación de los terrenos, permisos ambientales y turísticos, el pago de los impuestos nacionales y municipales, el proceso de inversión prosigue su camino al ir tomando forma en meses de trabajo, sin que se perciba más que presiones por el factor tiempo para dar comienzo a la comercialización del proyecto y de esta manera poder obtener un retorno del monto invertido.

Obvio, el tiempo invertido es otro elemento que será considerado al momento de obtener los beneficios que se buscan, como cualquier otro negocio.

Sin embargo más atrás y muy oculto está el proceso de negociación con los proveedores, empezando por los que suministraran los materiales de construcción, tales como cables eléctricos, bombillos, puertas, ventanas, cristales, juegos de baños, muebles de las habitaciones, recepción, áreas de playas, pintura, alarmas, sistemas contra incendios, lencería, amenidades (jabón, champú, peines, etc.)

Prosiguiendo con los proveedores, también hay que pensar en las áreas de jardines, abono para las plantas, sistemas de tuberías para electricidad y aguas blancas y negras, adornos, material gastable, implementos para oficinas etc.

Por lo visto es más de lo que cualquier huésped puede percibir con tan solo hacer un check inn y disfrutar de la calidad del hotel que ha seleccionado.

Algo que hay que considerar, son los suplidores de alimentos y bebidas, miles de kilos son comprados mensualmente para suplir las necesidades de los huéspedes y empleados de cada una de estas mini ciudades que reciben a miles de turistas y a los cuales hay que complacer en sus diversos gustos.

Es decir, cuando se habla de una inversión hotelera, hay que pensar que será una fuente de generación de nuevos empleos que conforman progresivamente en forma de cadena, lo que el mismo presidente de la República Dominicana ha podido identificar como “la locomotora del desarrollo”.

Muchas voces dicen que “los hoteleros lo quieren todo para ellos”, pero hay que recordar que a la final es un negocio y como tal se buscan ganancias, pero en el ínterin, se genera la movilización de toda una maquinaria de miles de personas que dependen directa e indirectamente de las inversiones hoteleras que se desarrollan en el país.

Tan solo pensar en los productores de alimentos en los campos dominicanos; frutas, verduras, hortalizas, granos, víveres, carne y un sin fin de productos que hacen que por igual se movilicen miles de camiones que distribuyen los mismos, la cadena de intermediarios y hasta los empleados de los touroperadores locales, guías turísticos, empleados de aeropuertos, meseros de restaurantes etc.

Sin duda alguna habrá que repensar un poco más, cuando se quiera analizar a la ligera, lo que representa una inversión hotelera en el país.