Peajes

La nueva autopista Santo Domingo-Samaná representa un factor esencial para el avance del turismo samanense debido a que reduce de cuatro a una hora y cincuenta minutos aproximadamente el tiempo destinado al recorrido. Obras de esta magnitud deben implementarse en las principales zonas turísticas del país, con el propósito de dinamizar el flujo de turistas hacia la capital dominicana, así como para impulsar el turismo interno…

La nueva autopista Santo Domingo-Samaná representa un factor esencial para el avance del turismo samanense debido a que reduce de cuatro a una hora y cincuenta minutos aproximadamente el tiempo destinado al recorrido. Obras de esta magnitud deben implementarse en las principales zonas turísticas del país, con el propósito de dinamizar el flujo de turistas hacia la capital dominicana, así como para impulsar el turismo interno.

El tiempo de casi dos horas que se toma el desplazamiento hacia Samaná es suficiente para que el viajero pueda apreciar los paisajes que se levantan imponentes sobre las montañas norteñas, sobre todo cuando no se tiene la preocupación de transitar por una autopista que representa un peligro inminente como era el caso de la vía anterior.

Sin embargo, la nueva autopista también tiene su lado oscuro. El viajero no se explica el porqué de tantos peajes, aun cuando es obvio que de alguna forma las empresas que realizaron el proyecto vial tienen que recuperar su inversión. En la actualidad hay tres peajes y uno en construcción, lo que sin duda estresa a los vacacionistas y fomenta la demora.

El rechazo mostrado por los sectores turístico y empresarial de Samaná no fue suficiente para evitar el cuarto peaje que se construye a toda marcha. Tal parece que las empresas concesionarias tienen mucha prisa en recaudar el dinero invertido en esta autovía. Mientras tanto la población no deja de pensar en que la salida más factible para recaudar el dinero invertido no es necesariamente saturar de peajes la autopista. Ojalá que no se tenga en mente seguir construyendo más.