El corazón amarillo dejó de latir

Como si le hubiese dado un paro cardíaco, repentino y fulminante, así dejó de latir el corazón amarillo, la insignia representativa de Thomas Cook.

Aunque se venía venir, por no tomar las previsiones (medicamentos) a tiempo, los 178 años de historia en el turismo del turoperador paralizó todo el sector a nivel mundial.

La quiebra de Thomas Cook, la mayor de la historia del turismo, ha dejado mucho que pensar y a la vez a decenas de hoteleros afectados, ya que el touroperador tenía pendiente de pago las reservas de las últimas semanas; un volumen que superaría varios millones de dólares.

La insolvencia de la actividad comercial del gigante británico fue decayendo, antes de anunciar la quiebra, a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos días; así como el corazón durante una arritmia que puede latir demasiado lento, demasiado rápido o dejar de latir.

La arritmia que ha producido un paro cardíaco súbito en el corazón amarillo de Thomas Cook ha impactado gravemente a los hoteleros del Caribe, ya que fue uno de los mayores emisores de Europa hacia las playas de los distintos como Punta Cana en República Dominicana, Cancún, México y/o Cuba, donde operaba también con su flota aérea.

Aunque hay “soluciones” para los vacacionistas que se encuentran varados en diferentes partes del mundo, no lo hay para los miles de empleados despedidos y aviones que se encuentran en tierra.

Es una lamentable perdida de un emblemático turoperador y una aerolínea que operaba en 16 países, que contaba con 105 aviones y posee 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca.

Con la referida quiebra se espera que otras empresas tomen las previsiones de rigor y se manejen con otro tenor en cuanto a la diversificación de su oferta, ya que según un refrán popular: “Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”.